46410_main_fullLa gente es muy rara. Incluso los que viven cerca de mi: Mis iguales. Son iguales porque usan una lengua como la que yo uso. Pero, cuando andas un poco más allá, me encuentro gente que no entiendo. Digo más: Visten distinto, hablan diferente, no los comprendo cuando pasan a mi lado. En georgiano, მე შენ მიყვარხარ, que suena más o menos así “me shen miqvarkhar” significa exactamente lo mismo que, en vietnamita, Tôi yêu bạn. Todos hemos hablado en vietnamita o en georgiano en algún momento de nuestra cosmopolita vida, ¿no?

Pero, cuando escuché alguien diciendo “eso” en ese idioma, me sonó a insulto. Y me enfadé mucho porque no puede ser que algo tan hermoso pudiera sonar tan extraño. Yo le respondí violentamente porque no me parece decir cosas así de una forma tan incomprensible. Me pusieron cara rara pues no entendían lo que decía. El tono de voz fue subiendo, la violencia se masticaba en una incomprensible tensión producida por la falta de entendimiento.

Quise saber qué querían decir. Un uzbeko amigo, se acercó y, como dominaba tanto el georgiano como el vietnamita pues sus abuelos paternos emigraron desde Vietnam y un cuñado era de ascendencia georgiana, me sacó de dudas.

Tôi yêu bạn= მე შენ მიყვარხარ= Te quiero.

No era un insulto. Es lo más hermoso que se puede decir. Y mis prejuicios, mis normas, se quebraron bajo un abrazo en tres idiomas.