trigo_2_0¡Qué relajado! ¡Qué relajaíto me quedo cuando otros hacen lo que a mi me aburre tanto! Y no tengo cargo de conciencia. No me apetece, no lo hago. Así de simple es la cosa.

Pero, cuando miro a toda esa gente que moja su culo de esa manera tan insana, con la que está cayendo… Sin capa ni superpoderes, sin nada especial: Ni siquiera son guapos. Son los que se toman su tiempo para lo que estiman importante, que a mi me parece una sandez… Porque, si lo pueden hacer ellos, ¿para qué lo voy a hacer yo?

Yo, perteneciente al grupo de los que sabemos de qué va el asunto, ya estamos de vuelta del voluntariado, de la implicación social… Nos movemos a otro nivel.

Desde éste nivel, veo como pasan los días y mis células están en el mismo sitio, con las mismas convicciones que me tienen sólidamente atado a mi sillón. Y sé que no soy el mismo, pero me siento igual. Y pido una señal al seno de Abraham, un muerto que moje su dedo en agua y refresque mi lengua ahíta de argumentos. Pero lo único que recibo es la realidad que me ensucia, como cuando sacudo la alfombra en la ventana.

No vendrán los superhombres. Sólo estamos tú y yo. Si queremos.